Un agricultor de 53 años no puede creer lo que le ocurre desde hace un década. Sus pechos no paran de crecer y son iguales a los de una mujer. Los vecinos se burlan.
A un granjero chino no le dejan de crecer los pechos. La insólita noticia fue recogida por un portal de noticias chino, que además publicó llamativas imágenes y fue reproducida por medios de diferentes partes del mundo.
El granjero, llamado Guo Feng y de 53 años, se presentó en un hospital especializado en tórax, en Pekín. Allí lo atendió la doctora Zhang Lilan, quien luego declaró a los medios que "este hombre es en todo sentido un varón excepto por sus enormes pechos".
La profesional detalló, además, que el paciente "es un agricultor y esta situación es extremadamente incómoda para él".
La especialista agregó que no sólo lo complica porque sus pechos interfieren físicamente con sus tareas cotidianas sino porque debe utilizar un tapado para cubrir su cuerpo aun en las más altas temperaturas. Es la única forma de evitar las burlas de sus vecinos.
El hombre explicó que "hace diez años mis pechos empezaron a crecer. No le di una gran importancia porque había aumentado mucho de peso. Pero en los últimos años se ha hecho insoportable y nadie sabe cómo ayudarme".
“Gasté todos mis ahorros en exámenes y pruebas y todavía no estoy cerca de una solución”, se quejó el hombre, desilusionado por el tratamiento que recibe. “Es más, ¡ahora mis pechos son más grandes que nunca!”, expresó.
Por su parte, el doctor Zhang Lilan, del Hospital de Tórax Jinan, en Pekín, confirmó que no se trataba de un desorden hormonal ni biológico, ya que Feng “es un hombre masculino en todo sentido, salvo por sus pechos”.
“Nos preguntamos si habría comido algo venenoso o contaminado, pero no encontramos nada después de examinar su sangre. Su material genético es normal y no es cáncer”, descartó el médico. Lilan se limitó a decir que se trataba de “un caso de grasa acumulada”, lo que convirtió a Feng en “el hombre con las lolas más grandes de la historia”.
Pero este título mundial no hace ni un poco feliz al granjero, que tiene que soportar las risas de sus vecinos, que pasan por su casa especialmente para hacerle bromas. “A veces pienso que no hacen nada porque me ven como una curiosidad médica”, expresó el hombre.
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