El desempeño de la Fuerza Aérea Argentina en el conflicto bélico de Malvinas “fue excelente”, dijo a AIM el ex jefe de la Base Aérea Militar Mar del Plata, Walter Garay, quien se desempeñó como artillero antiaéreo en esa guerra. Sin embargo aclaró que “antes de llegar a un conflicto armado hay innumerables cantidad de etapas que se deberían sortear”.
El militar confesó que al momento de la capitulación sintió mucha “bronca”, aunque consideró: “sentí que cumplimos con el objetivo”.
En diálogo con esta Agencia, el comodoro Garay comentó que ofició en la guerra de Malvinas como artillero antiaéreo y fue parte de un grupo que operaba un sistema de armas, que les permitía entrar en combate con aviones que venían a atacar objetivos que defendían. “Yo estaba en el aeropuerto de Puerto Argentino, operando el sistema capaz de derribar aviones que venían a romper la pista”.
El militar, que tenía entonces 23 años y había egresado hacía un año de la escuela de Aviación Militar, vivió el conflicto “de una manera especial, con todo lo que se puede decir cuando uno es joven, con el fervor de los que salían a la calle con una banderita argentina y ávido de probar si todo lo que había elegido servía o no servía”.También recordó que egresó de la escuela de Aviación Militar con 22 años y señaló que pasó esa edad “prácticamente en la sexta Brigada Aérea de Tandil, realizando el curso de defensa antiaérea. En noviembre de 1981 comencé a estudiar un sistema de arma que se llama Rey Metal, buscando especializarme para lograr lo que se llama aptitud para el combate. A fines de ese año, el grupo completo se fue para Mar del Plata, y yo me fui con mis cañones a ese lugar. En abril de 1982, recién había sido nombrado apto para el combate con ese sistema de armas”.Junto a él trabajan nueve personas que operaban como jefes de pieza, 18 que eran auxiliares –tres por cada cañón- y otros 12 que estaban con los misiles. “En total éramos 30 artilleros, aproximadamente”.Los hechos se sucedieron, explicó, y el momento de la capitulación lo encontró fuera de Puerto Argentino. “Fui tomado prisionero cerca del monte Kent, en Malvinas. Volvía en ese momento hacia Puerto Argentino, cuando mi jefe de escuadrón se comunicó por radio y me dijo: 'bueno flaco, se terminó todo, tranquilízate. Te espero acá pronto, cuidate'. Así me enteré, aunque desde la ladera del monte se veía movimiento inusual y mucho movimiento de tropas inglesas”.La voz le cambió de tono cuando recordó que fue tomado prisionero por un sargento panameño, afectado a las fuerzas inglesas, y evocó la “bronca” que sintió cuando se enteró de la rendición. “Sentí mucha bronca, pero si me preguntas porqué, no te lo voy a contestar. Sentí mucha, mucha, pero mucha bronca”, dijo con un suspiro que más se asemejó a un silencio por compromiso.Garay, que estuvo asignado en la II Brigada Aérea como jefe del Grupo Base 2 entre 2006 y 2006, y pasó luego a desempeñarse como jefe de la Base Aérea Militar Mar del Plata, señaló que después que le vaciaron el cargador del arma, un teniente coronel inglés lo felicitó por el desempeño de su fuerza. “Eso me hizo sentir orgulloso, a pesar del momento”, indicó. Ahora reflexionó que a 28 años de la guerra, con compañeros desaparecidos, con el orgullo por el desempeño de la Fuerza Aérea y “con 51 años y cinco hijos que no tenía en ese momento, me pongo en el lugar de todos aquellos que estaban poniendo el cuero con hijos a cargo. Me parece que antes de llegar a un conflicto armado, hay innumerables cantidad de etapas que hay que sortear. De todas maneras, mi trabajo en ese momento era prepararme para entrar en combate. Pero el combate no es un trabajo normal, por lo cual creo que deberían sortearse todas las etapas antes de hacerlo. De todas maneras, mi grupo cumplió el objetivo”, aseguró.
No hay comentarios:
Publicar un comentario