Lo contienen las heces de mascotas y puede transmitirse a las personas; falta de higiene
Pisarlas no trae buena suerte. Las heces de perro y gato que "adornan" las calles, los areneros y las plazas contienen un parásito, la Toxocara canis , que se transmite a las personas y puede provocar daños en la vista y problemas cutáneos y hepáticos. Los más afectados son los chicos, por estar más tiempo cerca del piso y por esa costumbre de llevarse las manos sucias a la boca.
Según un relevamiento de la Cátedra de Parasitología General de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, el 100% de las plazas porteñas estudiadas están contaminadas con huevos de ese parásito. Otro tanto ocurre en varias ciudades del interior, a juzgar por un estudio reciente del Instituto de Medicina Regional de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), que constató la presencia del parásito en chicos y en espacios públicos de Resistencia y Corrientes.
La infección por Toxocara no es fácil de diagnosticar. "La mayor parte de las veces no tiene síntomas y sólo presenta eosinofilia [aumento de un tipo de glóbulos blancos]", destaca el doctor Jaime Altech, especialista en Parasitología y Chagas del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
Los demás signos son bastante comunes: fiebre, inflamación de ganglios o del hígado, anemia, todos síntomas también de otras enfermedades. La infección "puede afectar la vista, cuando la larva del parásito se deposita en el globo ocular, y ocasionar la pérdida de la visión", destaca el médico. Chiquitos, pero resistentes
Según un trabajo presentado por Jaime Altech y colaboradores en el hospital Gutiérrez, la prevalencia de esta infección infantil en la Argentina supera el 20%, cuando en países desarrollados oscila entre el 2 y el 10 por ciento. En esto tiene que ver tanto el clima (pues las larvas se reproducen con mayor facilidad en zonas tropicales y subtropicales) como los hábitos de alimentación, acceso a agua potable e higiene.
Los huevos de Toxocara son muy resistentes a las condiciones ambientales. Tras ser eliminados por el perro o el gato, permanecen entre 10 y 14 días hasta la maduración de las larvas, que llegan a vivir más de dos años si encuentran la temperatura y la humedad adecuadas.
Sin embargo, se destruyen rápido cuando quedan expuestas a la radiación solar directa o a temperaturas por debajo de los -15°C. Según datos del Instituto Pasteur, la ciudad de Buenos Aires recibe por día unas 65 toneladas de materia fecal de una población estimada de poco más de 400.000 perros (sin contar los gatos, que son algo más numerosos en la ciudad). De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud, 1 gramo de materia fecal puede contener hasta 15.000 huevos de Toxocara. La mejor prevención
Los buenos hábitos son la forma más efectiva de evitar la toxocariosis. Países como Francia realizan campañas de concientización muy fuertes e implementan importantes multas para los dueños de mascotas desaprensivos que dejan la materia fecal de sus animalitos en la calle o los espacios públicos.
El lavado de manos y de los alimentos (sobre todo frutas y verduras crudas) es fundamental, así como desparasitar a las mascotas y consultar al pediatra ante fiebre de origen poco claro y pérdida repentina de la visión. DONDE CONSULTAR
Departamento de Parasitología y Chagas del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez: (011) 4962-9247 o http://www.guti.gov.ar/ .
Hospital de Pediatría Prof. Juan P. Garrahan: (011) 4308-4300 o http://www.garrahan.gob.ar/ .
Instituto de Zoonosis Luis Pasteur: (011) 4982-8421 y 4504.
Pisarlas no trae buena suerte. Las heces de perro y gato que "adornan" las calles, los areneros y las plazas contienen un parásito, la Toxocara canis , que se transmite a las personas y puede provocar daños en la vista y problemas cutáneos y hepáticos. Los más afectados son los chicos, por estar más tiempo cerca del piso y por esa costumbre de llevarse las manos sucias a la boca.
Según un relevamiento de la Cátedra de Parasitología General de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, el 100% de las plazas porteñas estudiadas están contaminadas con huevos de ese parásito. Otro tanto ocurre en varias ciudades del interior, a juzgar por un estudio reciente del Instituto de Medicina Regional de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), que constató la presencia del parásito en chicos y en espacios públicos de Resistencia y Corrientes.
La infección por Toxocara no es fácil de diagnosticar. "La mayor parte de las veces no tiene síntomas y sólo presenta eosinofilia [aumento de un tipo de glóbulos blancos]", destaca el doctor Jaime Altech, especialista en Parasitología y Chagas del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
Los demás signos son bastante comunes: fiebre, inflamación de ganglios o del hígado, anemia, todos síntomas también de otras enfermedades. La infección "puede afectar la vista, cuando la larva del parásito se deposita en el globo ocular, y ocasionar la pérdida de la visión", destaca el médico. Chiquitos, pero resistentes
Según un trabajo presentado por Jaime Altech y colaboradores en el hospital Gutiérrez, la prevalencia de esta infección infantil en la Argentina supera el 20%, cuando en países desarrollados oscila entre el 2 y el 10 por ciento. En esto tiene que ver tanto el clima (pues las larvas se reproducen con mayor facilidad en zonas tropicales y subtropicales) como los hábitos de alimentación, acceso a agua potable e higiene.
Los huevos de Toxocara son muy resistentes a las condiciones ambientales. Tras ser eliminados por el perro o el gato, permanecen entre 10 y 14 días hasta la maduración de las larvas, que llegan a vivir más de dos años si encuentran la temperatura y la humedad adecuadas.
Sin embargo, se destruyen rápido cuando quedan expuestas a la radiación solar directa o a temperaturas por debajo de los -15°C. Según datos del Instituto Pasteur, la ciudad de Buenos Aires recibe por día unas 65 toneladas de materia fecal de una población estimada de poco más de 400.000 perros (sin contar los gatos, que son algo más numerosos en la ciudad). De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud, 1 gramo de materia fecal puede contener hasta 15.000 huevos de Toxocara. La mejor prevención
Los buenos hábitos son la forma más efectiva de evitar la toxocariosis. Países como Francia realizan campañas de concientización muy fuertes e implementan importantes multas para los dueños de mascotas desaprensivos que dejan la materia fecal de sus animalitos en la calle o los espacios públicos.
El lavado de manos y de los alimentos (sobre todo frutas y verduras crudas) es fundamental, así como desparasitar a las mascotas y consultar al pediatra ante fiebre de origen poco claro y pérdida repentina de la visión. DONDE CONSULTAR
Departamento de Parasitología y Chagas del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez: (011) 4962-9247 o http://www.guti.gov.ar/ .
Hospital de Pediatría Prof. Juan P. Garrahan: (011) 4308-4300 o http://www.garrahan.gob.ar/ .
Instituto de Zoonosis Luis Pasteur: (011) 4982-8421 y 4504.
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