martes, 1 de septiembre de 2009

Tras una penosa agonía de 20 días, el ingeniero José María Paz falleció en Buenos Aires


Por CELTYV 27 Agosto, 2009
JOSÉ MARÍA PAZ27 de agosto de 1974Ingeniero - Presidente del Directorio de la Compañía Azucarera Concepción SA

Paz fue herido de un tiro tras un intento de secuestro al que se resistió.
El 7 de agosto de 1974, apenas arribado a la ciudad de San Miguel de Tucumán, el empresario fue interceptado en las inmediaciones del aeropuerto; con armas largas y granadas, intentaron llevárselo. Ante su negativa, uno de sus atacantes lo golpeó con la culata de su revólver, otro de los delincuentes lo baleó a quemarropa, y huyeron.
Paz había comunicado con anterioridad a sus familiares su decisión de impedir un secuestro sobre su persona (aunque le costara la vida) y les había pedido no pagar rescate en el caso de darse esa situación.
Tras una penosa agonía de 20 días, el ingeniero José María Paz falleció en Buenos Aires, donde había sido trasladado para su atención.
Paz, de 46 años, estaba casado y tenía cinco hijos.

Hoy 27 de agosto, día de su muerte, fue publicada la siguiente Carta de Lectores en el Diario La Gaceta de Tucumán

JOSÉ MARÍA PAZHoy se cumplen 35 años de la muerte de mi padre, a causa de las heridas que recibió en un intento de secuestro de los Montoneros, para luego pedir rescate. El había dejado claro, mientras estaba amenazado, que si así fuera, la familia no lo haría, porque ese dinero iba a ser usado por sus asesinos para comprar armas para la terrible causa que ellos querían imponer. Le dispararon a sangre fría. No tenía custodia cuando llegó en el avión del miércoles 7 de agosto, pues viajaba los jueves, igual que lo hizo durante 10 años. Alguien lo había entregado, por ello ocurrió el atentado. Quisiera, como hija, homenajearlo, recordando con los lectores del diario, lo que fue José María Paz; para que comenten en familia, a sus hijos, el flagelo que vivimos en Tucumán con hechos como este. El murió por sus principios, perdonando como católico, como patriota y mártir, dando su vida de esa manera por la patria y, sobre todo, cumpliendo con su deber como gran empresario que fue. Ojalá hoy muchos imitemos su vida y valentía para defender los verdaderos valores y trabajar por ellos. Quizás así nuestro país supere la terrible situación que padece. Dios así lo quiera y nosotros asumamos ese compromiso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario