“El Estado se sigue infiltrando y sigue haciendo inteligencia a pesar de la Ley de Defensa a la Democracia. Yo asumo toda mi responsabilidad, pero son ellos los que tienen la dirección”. Del otro lado del teléfono y a más de mil kilómetros de distancia, Raúl Tarifeño se hace cargo: fue agente de inteligencia hasta 2006. Sin titubear, confirma que después de su participación en el Batallón 601 siguió formando parte de una red de espías que, en plena democracia, se escabulló entre organizaciones sociales y partidos políticos bajo el ala de Estado, en clara violación a la ley. Desde el Ministerio de Defensa aseguran no saber de qué se trata y sólo ratifican que el nombre de Tarifeño es parte de la lista de 4.300 civiles que formaron el temible órgano represivo del Ejército. –¿Cuál era su tarea como infiltrado en el MST de Neuquén?–Imagínese lo que son los servicios.–No me imagino, porque está prohibido...–Imagínese lo que hacen los servicios de Kirchner hoy. Ningún gobierno está exento de eso.Tarifeño habla poco y responde aún menos. Pero entre sus fintas, escurre datos inquietantes. Está enojado con el Gobierno porque la publicación de la nómina del Batallón 601, dice, lo dejó “totalmente desprotegido”. Asegura que la decisión de quitarles a los legajos de inteligencia el sello de “secretos” es parte de una “lavada de cara para recuperar el rol de las Fuerzas Armadas” y enseguida advierte: “Por lo que se viene. Porque 2001 será un poroto”. Nada dice de sus tareas en dictadura como agente de información del Destacamento de Inteligencia 182 de Neuquén. Tampoco detalla en qué consistió su infiltración en partidos de izquierda como el PC, el MAS y finalmente el MST, al que perteneció desde 1991 hasta 2008 y donde se transformó en uno de sus referentes locales, al frente de movilizaciones y protestas. Un escándalo con pocos antecedentes durante el período democrático. A partir de la revelación de su pertenencia al Batallón 601, renacieron algunos datos que habían quedado en silencio en aquel Cutral Có donde Tarifeño comenzó con el espionaje. A mediados de los 80, su ex mujer develó la doble vida del agente por un canal de tevé y el actual concejal de esa localidad, Carlos Moraña, realizó la denuncia pública. Nada de eso prosperó. Tarifeño se fue de esa ciudad y continuó con su trabajo. Incluso formó pareja con una militante del MST con quien tuvo tres hijas. Con todos estos antecedentes en carpeta, los dirigentes del MST presentaron ayer una denuncia penal en los tribunales federales de Comodoro Py. Ante el juez Marcelo Martínez Di Giorgi Pidieron que se investigue a Tarifeño pero también a todos los integrantes del 601. Dependiente de la Jefatura II del Ejército, el Batallón desempeñó un papel decisivo durante la dictadura. Desarrolló tareas de inteligencia y entre los jefes más tenebrosos tuvo a Guillermo Suárez Mason. Aunque fue desmantelado formalmente en 2000, el MST sostiene que “no existe certeza sobre la desvinculación de esos agentes no solamente respecto al Batallón, sino de las tareas mismas de inteligencia que pudieran haber seguido cumpliendo con posterioridad a 1983”.
viernes, 12 de marzo de 2010
el escándalo de raúl Tarifeño, agente de inteligencia infiltrado en la izquierda
Reconoció que buscaba información en partidos políticos en plena democracia, aunque la ley lo prohíbe. En un mensaje a sus “jefes” subrayó que “son ellos los que tienen la dirección”. El Gobierno sólo admitió que estaba en la lista del Batallón 601.
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