domingo, 11 de julio de 2010

Cámaras de seguridad: las dudas de un gasto millonario

11/07/10

Son muy caras y se discute si sirven para bajar el delito. En el Gran Buenos Aires ya se instalaron 1.100 y la idea es que haya 5.000. En algunos partidos, se llevan la mitad del presupuesto de seguridad. Los expertos dicen que, por sí solas, son poco efectivas.

PorHéctor Gambini
Informe: Clarin Zonales
Si la Policía británica se cuestiona acerca de la efectividad de las cámaras de seguridad en Inglaterra, donde hay una cada 14 habitantes, ¿por qué deberían ser efectivas en el conurbano bonaerense, donde hay una cada 9.000 personas? La primera pregunta dispara otras. Si la cámara en la calle realmente disuade a los delincuentes, ¿significa que el mapa del delito se irá corriendo hacia los barrios donde no hay cámaras? Si esto es así, ¿sólo sería posible imaginar un ideal de estrategia de seguridad con cámaras en todas las esquinas, como en el set de The Truman Show ? Eso requeriría de un ejército de controladores (alguien tiene que mirar las cámaras las 24 horas), que ocuparía una buena franja de los habitantes de los barrios a vigilar.

Los vecinos terminarían mirándose unos a otros, pero en monitores .

El escenario de un barrio entero bajo un ojo electrónico es cada vez menos disparatado. En los barrios del Gran Buenos Aires ya se instalaron 1.100 cámaras de vigilancia, y van por más. Llegarán a 5.000, según lo previsto en el Plan de Seguridad Ciudadana lanzado hace 16 meses, más las que se coloquen con fondos propios y asistencia de la Provincia, que llevará cámaras a los 90 municipios bonaerenses que aún no las tienen: los del interior.

La inversión global es millonaria (200 millones sólo de la Nación) y plantea dos dudas bien marcadas. Una, quién se queda con el negocio de la venta, colocación y mantenimiento de semejante arsenal tecnológico. La otra, si su implementación alcanzará uno de los sueños dorados de la Argentina del tercer milenio: bajar, al fin, el delito real en la calle .

Instalar cámaras demanda bastante más que los tornillos para fijarlas a las paredes de las esquinas. “Las cámaras no son sólo el aparato: implican tendido de cables, construcción y montaje de un centro de monitoreo y la contratación de personal”, explican en la Secretaría de Gobierno de la Municipalidad de San Martín.

Allí no hay cámaras todavía, aunque ya están instalando el anillo de fibra óptica que servirá para procesar las imágenes. Pondrán 140 cámaras provistas por Telefónica , la empresa que ganó la licitación. El sistema costará 5,9 millones de pesos sin contar los sueldos de los empleados que vigilarán.

Telefónica también se ocupa del tema en Berazategui, y otras empresas se reparten más municipios: XN Networking en La Matanza y Malvinas Argentinas; United Security Service en Hurlingham y San Miguel, y Global View –una empresa del ex montonero Mario Montoto que no pertenece a la cámara del sector y opera algunos servicios por contratación directa , a través de convenios con universidades– en Tigre, Lomas de Zamora, Lanús y Vicente López.

Esta diversidad de empresas y condiciones presentan perfiles confusos para los costos. Tigre paga $ 845 por mes por cada cámara (tiene 400) y, entre los que compraron, la diferencia es notable: La Matanza pagó entre $ 11.000 y 22.000 pesos cada cámara (según sea fija o móvil); Morón, entre 17.400 y 30.300 pesos; Lanús, $ 38.500 y Quilmes, $ 40.600.

¿Será todo esto para una mayor seguridad? Para Eduardo Hortel –ex camarista de Casación de la Provincia y profesor de Derecho Procesal en la Universidad de La Plata– “la inversión se justifica si el material es de calidad. Si en vez del rostro de la persona sólo se ve la figura difusa de alguien delinquiendo, nos enteraremos del delito igual que si no hubiera cámaras y no podríamos detener a nadie con eso”.

En Morón dicen que, desde que están las cámaras en la zona bancaria del partido, allí no se registraron nuevas “salideras”. Aunque aclaran: “Tenemos que ser prudentes con esta apreciación, porque pudo haber un corrimiento del delito o bien un cambio en su modalidad”. Y lo que piden es que “se considere la utilización de las grabaciones como prueba”.

La polémica estalló en Tigre hace dos meses. Una de las cámaras del municipio captó el intento de asalto a un automovilista y el fiscal del caso ordenó liberar a los sospechosos al considerar que la imagen no era prueba suficiente. Las autoridades del partido -con el intendente Sergio Massa a la cabeza- se presentaron como querellantes y apelaron. Les fue bien: el procurador le dio el caso a otro fiscal, que terminó procesando a los ladrones.

Entonces, ¿las cámaras están dando resultados? En San Isidro dan un ejemplo cercano. Dicen que en mayo pasado las 220 cámaras de seguridad instaladas en el partido contribuyeron a la detención de 22 personas (8 de ellas sólo por averiguación de antecedentes) y al secuestro de 11 vehículos. No está mal para empezar, aunque parece irrisorio al lado de las 6.239 causas penales que se abren allí cada mes , según datos de la Procuración de la Provincia que no toma en cuenta los casos donde estén involucrados menores.

Aunque Scotland Yard, la Policía de Londres, cuestionó la eficacia del sistema de cámaras comparado con el gigantesco gasto fiscal que ocasiona (es la ciudad más vigilada del mundo), en la Provincia de Buenos Aires creen firmemente en el sistema. Guido Lorenzino, subsecretario de Planificación Estratégica del Ministerio de Seguridad bonaerense, acepta que “el delito no desaparece, pero la cámara disuade y previene”. Y asegura que ya hay indicadores que lo demuestran: “En Berazategui el delito bajó un 30% en los lugares donde hay cámaras”, dijo a Clarín .

–¿Y qué pasará con los barrios donde no las hay? –No puede haber una cámara en cada esquina como no puede haber un policía en cada cuadra. Sería imposible y antieconómico. Pero la cámara no es el único medio para luchar contra la inseguridad, sino un instrumento más. Hay que abordar la cuestión como un bloque y desarrollar otras acciones.

–¿Podrán afrontar los municipios el enorme gasto que significa mantener el sistema cuando las cámaras ya estén instaladas? –Se hará sin problemas. Primero porque el gasto no va a ser tan grande, y segundo porque entre la Provincia y la Nación haremos un esquema para asistir con fondos a los municipios que lo necesiten.

Detrás de la necesidad hay un negocio enorme. Marcelo Colanero, presidente de la Cámara Argentina de Seguridad Electrónica (CASEL), habla de un mercado en franca expansión. Cuando se fundó la Cámara, hace 8 años, estaba integrada por 30 empresas.

Ahora hay 110 . Se dedican a vender y operar cámaras de vigilancia, alarmas y sistemas electrónicos de control de accesos. “Es un rubro que viene creciendo a un ritmo de entre un 20 y un 30 % por año ”, dice Colanero. Y afirma que “ un vecino de Martínez que va hacia su trabajo en la Capital puede ser filmado más de 70 veces , si contamos los peajes y shoppings”.

¿Dónde poner las cámaras? “Las distribuimos con un criterio de cerrojo perimetral del partido, abarcando los ingresos y egresos. Son sitios estratégicos que permiten saber dónde van los que roban”, explica Diego Santillán, director de Protección Ciudadana de Tigre. Eso necesita muchos pares de ojos: allí, los monitores son vigilados por 180 personas que cobran un promedio de 3.500 pesos . Un gasto fijo importante para un tema que en Tigre consideran esencial: el sistema de cámaras se lleva el 50% del presupuesto del área de Protección Ciudadana.

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