27/07/10 Clarin
El domingo, en el pueblo bonaerense de Coronel Vidal, la vida de una chica de 14 años terminó de forma trágica. Tomaba mates en la cocina de su casa junto a su novio de 21 y con su hermanito de un año en brazos, cuando un hombre de 69 entró pateando la puerta, le disparó tres veces y luego se suicidó dentro de la camioneta que había estacionado en la puerta. El hombre era hermano del padrastro de la víctima. Varias fuentes de la investigación señalaron que la habría matado por celos, y que ya había amenazado al novio de la víctima.
La chica cursaba primer año de la secundaria en Coronel Vidal, un pueblo de 7 mil habitantes ubicado a unos 60 kilómetros de Mar del Plata. Era la menor de tres hijas del primer matrimonio de su madre, que tiene 43 años. Hace aproximadamente tres años, la mujer había armado una nueva pareja con un hombre de apellido González, viudo y de 55. El hijo de ambos era el bebé que la chica tenía en brazos cuando la mataron.
Según fuentes de la investigación, la víctima estaba de novia desde hace 7 meses con un joven de 21 que había llegado de Misiones para trabajar una temporada en un campo de la zona, pero decidió quedarse. Florencia Salas, ayudante del fiscal de Mar Chiquita, cuenta que hace un mes el asesino de la chica había amenazado por la calle al joven, pero que ni él ni su novia hicieron una denuncia. “Es mí tío, un viejo loco, no le hagás caso”, fue la explicación que le dio a su novio, según la Policía.
El “tío” era José María González, hermano mayor de la actual pareja de su madre. González tenía 69 años, estaba separado y había vivido toda su vida en Coronel Vidal. Era alambrador y desde hace un tiempo trabajaba como encargado de un campo cercano. El domingo, antes de asesinar a la chica, fue hasta el pueblo para almorzar con sus hijos y nietos, que tienen casi la misma edad de la víctima. “Los hijos están destruidos, no pueden creer lo que hizo el padre, ni sabían que tenía arma”, contó una fuente de la investigación.
La policía local dice que González llegó a la casa de la familia de la chica a las 18 del domingo y estacionó su camioneta en la puerta. En la cocina estaban tomando unos mates.
González los sorprendió golpeando la puerta y preguntando en voz alta: “¿Dónde están, chicos?”. Inmediatamente, sacó un revólver calibre 38 –según la policía, un modelo de hace unos 50 o 60 años– y le disparó al joven, que se salvó porque las balas rebotaron contra una mesa. Entonces, la chica corrió hacia su habitación con su hermanito en brazos mientras el hombre la llamaba: “Vení, mi amor”. González la alcanzó cuando entraba al cuarto y le disparó tres tiros por la espalda. Luego se volvió hacia el novio, que pudo escapar corriendo mientras el hombre recargaba el revólver.
Al parecer, el primero en llegar al lugar fue el padrastro. Encontró a la chica muerta en su habitación y a su propio hijo (el bebé de un año) sin un rasguño. Luego se dio cuenta de que adentro de la camioneta estacionada frente a la casa estaba su hermano, que se había suicidado de un disparo en la sien. Ni los familiares ni el novio de la chica confirmaron abiertamente la sospecha de que habría un trasfondo de abusos o acoso por parte del hombre de 69 años. Prefieren hablar de “cierta afinidad de trato” o de que “se sospechaba algo”.
martes, 27 de julio de 2010
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