PorMauro Aguilar
Rosario.
Un policía retirado de 60 años, que realizaba tareas como custodio, fue asesinado ayer durante un asalto en la localidad santafesina de Granadero Baigorria cuando transportaba dinero de un frigorífico . El chofer del automóvil, de 67 años, recibió cuatro impactos de bala. Anoche estaba internado, pero se encontraba fuera de peligro.
El parabrisas del Peugeot 307 rojo en el que el personal de seguridad transportaba valores de un frigorífico de Andino, propiedad del ex corredor de Fórmula 1 Oscar “Popy” Larrauri , presentaba ocho impactos de bala. El parabrisas trasero también estaba destrozado por los impactos. Se habrían efectuado, además, otra docena de disparos.
El episodio se produjo a las 18, sobre la ruta 34 S, en inmediaciones de la autopista que une Rosario con Santa Fe. Los delincuentes –la Policía no tenía precisión sobre la cantidad que participó del ataque– se manejaban en dos vehículos y habrían intentado detener al portavalores provocando un choque. Al no lograrlo, comenzaron a disparar.
Julio Argentino Mariño, un suboficial mayor retirado hace dos años de la Fuerza, fue asesinado sin siquiera poder quitarse el cinturón de seguridad para responder el ataque. Habría recibido un disparo en la nuca efectuado desde larga distancia.
Su compañero, Hugo De Bonis, salvó su vida de milagro. En el lugar se encontraron vainas de fusil FAL, de ametralladora FMK3 y de pistola calibre 9 milímetros . “Utilizaron armas de puño y armas largas”, confirmó el jefe de la Unidad Regional II, Marcelo Casajús.
Los hombres transportaban dinero –fuentes de la investigación estimaron que el monto robado rondaría los 40 mil pesos – desde el frigorífico, en la localidad de Andino, hacia la administración de la firma, en Granadero Baigorria. Del auto se llevaron el dinero y el arma de Mariño.
Los delincuentes viajaban en un Ford Focus, al que abandonaron en el lugar –dentro se encontraron esposas–, y en una camioneta Volkswagen Amarok con la que huyeron. El auto abandonado tenía un pedido de captura por estafa elevado desde la Policía Bonaerense, por lo que los investigadores no descartaban que la banda sea de Buenos Aires. La Policía rosarina esperaba que el chofer del auto asaltado se recuperara para reconstruir la mecánica del ataque.
Un automovilista que transitaba por la zona fue el primero en asistir a De Bonis. Advirtió que algo extraño sucedía, pero pensó en un accidente de tránsito. Al aproximarse al Peugeot 307, encontró un cuadro diferente. “Un señor de unos 60 años ensangrentado me decía ‘lo mataron, lo mataron’. Perdía mucha sangre. Tenía balazos en los brazos y en la mano”, explicó, muy conmocionado.
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