La sala rebaja la pena al considerar que atacó a su pareja al "disturbio emocional" que le causaron los comentarios
EFE - Barcelona - 31/08/2009
EFE - Barcelona - 31/08/2009
La Audiencia de Barcelona ha condenado a dos años de prisión a una mujer por acuchillar a su compañero sentimental después de que éste la humillara llamándole "gorda" en varias ocasiones en el transcurso de una cena familiar en un local público. En la sentencia, la sección vigésima de la Audiencia condena a la procesada por un delito de lesiones, pero le rebaja la pena al considerar que la mujer atacó a su pareja debido al "disturbio emocional" que le causaron los comentarios despectivos sobre su persona y tras haber mezclado alcohol con antidepresivos.
La agresión ocurrió en abril del año pasado en el domicilio familiar de Abrera (Barcelona), hacia las tres de la madrugada, después de que la pareja regresara a casa tras haber celebrado una cena familiar en un local público de la población con motivo de la festividad de Sant Jordi. Según cree probado el tribunal, durante esa cena la víctima dirigió a su mujer varios "comentarios humillantes sobre su aspecto físico", con frases como "no comas más que estás gorda y tendrás que buscarte otro hombre" o "no puedes correr de lo gorda que estás". Una vez en casa, la procesada intentó que su pareja le diera explicaciones sobre esos comentarios, pero éste se fue a la cama sin querer hablar del tema, por lo que la mujer ingirió para relajarse varias pastillas antidepresivas de las que habitualmente tomaba y se bebió dos latas de medio litro de cerveza cada una.
Alcohol y antidepresivos
Posteriormente, prosigue el fallo, la procesada asió una navaja de la cocina y, "en un impulso en el que perdió el autocontrol", le clavó repetidamente la navaja hasta causarle once heridas. Al reaccionar su pareja encendiendo la luz y gritándole "¿Qué haces?", la procesada fue consciente de lo que hacía y trató de auxiliar a su compañero, taponándole las heridas, mientras insistía en llevarlo al hospital y llamar a los mossos d'esquadra. En opinión del tribunal, en el juicio quedó probado que la mujer padecía una depresión mayor, con marcada ansiedad, de la que llevaba dos años tratándose, y que presenta una capacidad intelectual límite o borderline.
En esa línea, la sala concluye que la mujer actuó debido a la mezcla de alcohol y antidepresivos que había ingerido, lo que le movió a agredir a su pareja "de forma mecánica" al sentirse humillada y desatendida, especialmente teniendo en cuenta que se trata de una persona "con baja autoestima". Al apreciar esa atenuante de trastorno mental y otra de arrepentimiento, frente a sólo una agravante de parentesco, el tribunal impone a la acusada dos años de cárcel, el grado mínimo de la pena prevista por un delito de lesiones, por lo que en principio la mujer podría eludir el ingreso en la cárcel.
La agresión ocurrió en abril del año pasado en el domicilio familiar de Abrera (Barcelona), hacia las tres de la madrugada, después de que la pareja regresara a casa tras haber celebrado una cena familiar en un local público de la población con motivo de la festividad de Sant Jordi. Según cree probado el tribunal, durante esa cena la víctima dirigió a su mujer varios "comentarios humillantes sobre su aspecto físico", con frases como "no comas más que estás gorda y tendrás que buscarte otro hombre" o "no puedes correr de lo gorda que estás". Una vez en casa, la procesada intentó que su pareja le diera explicaciones sobre esos comentarios, pero éste se fue a la cama sin querer hablar del tema, por lo que la mujer ingirió para relajarse varias pastillas antidepresivas de las que habitualmente tomaba y se bebió dos latas de medio litro de cerveza cada una.
Alcohol y antidepresivos
Posteriormente, prosigue el fallo, la procesada asió una navaja de la cocina y, "en un impulso en el que perdió el autocontrol", le clavó repetidamente la navaja hasta causarle once heridas. Al reaccionar su pareja encendiendo la luz y gritándole "¿Qué haces?", la procesada fue consciente de lo que hacía y trató de auxiliar a su compañero, taponándole las heridas, mientras insistía en llevarlo al hospital y llamar a los mossos d'esquadra. En opinión del tribunal, en el juicio quedó probado que la mujer padecía una depresión mayor, con marcada ansiedad, de la que llevaba dos años tratándose, y que presenta una capacidad intelectual límite o borderline.
En esa línea, la sala concluye que la mujer actuó debido a la mezcla de alcohol y antidepresivos que había ingerido, lo que le movió a agredir a su pareja "de forma mecánica" al sentirse humillada y desatendida, especialmente teniendo en cuenta que se trata de una persona "con baja autoestima". Al apreciar esa atenuante de trastorno mental y otra de arrepentimiento, frente a sólo una agravante de parentesco, el tribunal impone a la acusada dos años de cárcel, el grado mínimo de la pena prevista por un delito de lesiones, por lo que en principio la mujer podría eludir el ingreso en la cárcel.
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