jueves, 13 de agosto de 2009

De Vido logró zafar por poco de una furiosa operación de desgaste

CORRIO MUY FUERTE LA VERSION CON LA SUPUESTA RENUNCIA DEL MINISTRO
De Vido logró zafar por poco de una furiosa operación de desgaste
13-08-09
A media mañana de ayer, después de anunciar la marcha atrás con el tarifazo de luz y mientras iba rumbo al Congreso para dar explicaciones ante una comisión de diputados, una ola intensa de versiones ponía virtualmente a Julio De Vido fuera del Gobierno. De Vido terminó el día como ministro y ese hecho desmintió el rumoreo. Pero no alcanzó para borrar los rastros de la tormenta interna que desató el bochorno tarifario. Ni los intentos de un sector ultrakirchnerista de desplazar al ministro más poderoso del Gobierno.De la versión de la renuncia de De Vido se hicieron eco desde dirigentes sindicales del transporte y la energía, hasta directivos de las compañías de ese sector. El reguero del rumor alcanzó también a un influyente intendente del Gran Buenos Aires que comentó como hecho consumado la renuncia de De Vido con un interlocutor empresario. Tanto voló el rumor, que sorprendidos funcionarios de la Casa Rosada fueron interrogados ansiosamente sobre su veracidad por colegas del Gobierno y hasta por algún periodista.El nombre que sonó enseguida como supuesto reemplazante de De Vido fue el del secretario de Energía, Daniel Cameron. Este hombre reporta directamente a Néstor Kirchner desde el tiempo en que era funcionario de su gobernación en Santa Cruz. Y mantiene una añeja enemistad funcional con el ministro de Planificación, que viene a ser su jefe en el escalafón.En el ambiente empresarial y sindical se percibió a Cameron como el ganador en la derrota. Y se recordó que había desaconsejado con entusiasmo la supresión lisa y llana del subsidio a las tarifas eléctricas, que fue lo que desató el impopular tarifazo, resistido hasta por los últimos amigos fieles, como la CGT y los diputados kirchneristas.Desde la entretela del Gobierno se apuntó, además, que desde la segunda mitad de la presidencia de Néstor, el consejo de Cameron había sido abandonar gradualmente el enjambre de subsidios, para evitar que esa contención forzada de las tarifas terminase reventando de una sola vez. Su opinión no fue escuchada, porque la necesidad política del momento marcaba otros caminos. Ese reventón anunciado sucedió ahora.La decisión que derivó en el tarifazo había sido impulsada por De Vido y, sobre todo según esas fuentes sindicales y empresarias, por su virtual viceministro, Roberto Baratta, a quien se le adjudica autoría intelectual de la desafortunada medida. Baratta tiene una relación menos extendida en el tiempo con los Kirchner. En rigor, este licenciado en Comercio Internacional conoció fortuitamente a Néstor en 2002, en un bar de Recoleta. Le cayó bien y le pidió trabajo. Kirchner se lo mandó a De Vido y, para sorpresa de la pingüinera, cuando llegaron al gobierno De Vido lo hizo subsecretario de Coordinación de su ministerio. Con la intuición de quien ha sobrevivido mucho tiempo en la jungla, apenas recibida la orden de los Kirchner de voltear la resolución que provocó el tarifazo, De Vido desplegó una hiperactividad propia de quien debe defender el pellejo sin demora. Habló por radio para anunciar la marcha atrás, fue al Congreso donde Cameron no sabía cómo explicarle a los diputados de la comisión de Energía qué había sucedido, y terminó el día sentado frente a una cámara de televisión dando más y más explicaciones, en sentido exactamente opuesto a las que había dado, ante esas mismas cámaras amigas, 48 horas antes cuando defendía el nuevo esquema de tarifas que enseguida se le puso viejo. En rigor, De Vido también había recomendado, en su momento, salir con cuidado del tentador corsé de los subsidios. Esa postura era sostenida sin vueltas por sus subordinados, como el nuevo secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, sucesor del enjuiciado Ricardo Jaime después de la derrota electoral de junio.Schiavi se había presentado hace un mes ante los empresarios del sector anunciando el fin del sistema de subsidios "por orden personal de Cristina". O Schiavi escuchó mal a la Presidenta, o alguien de notable influencia trastocó esa intención en el camino. Hoy, los subsidios al transporte siguen tan vigorosos como antes.Entre los desconcertados de ayer también estaba el titular del ente regulador de la electricidad (ENRE), Mario De Casas. Desde una empresa eléctrica lo llamaron a media mañana para preguntarle cómo se iba a implementar la marcha atrás que acababa de anunciar De Vido. El funcionario sólo atinó a contestar: "Esperá que termine de escuchar lo que están diciendo en la radio y hablamos". Así se toman y se comunican las decisiones en el universo K.Es un caso curioso el de este funcionario. Llegó al ENRE desde Mendoza, de la mano de Julio Cobos. Pero cuando el año pasado se desató la pelea con el campo se desmarcó del vicepresidente y apoyó a fondo a Cristina y su resolución 125. Eso le valió a De Casas la permanencia, cuando después del voto no positivo desalojaron al cobismo de cuanto despacho tenía otorgado.Pero más allá de intrigas y zancadillas, un relámpago de preocupación atravesó ayer al mundillo de empresarios, sindicalistas y aún de algunos políticos opositores, cuando floreció por algunas horas la versión de la renuncia de De Vido. Es que además de haber montado pieza por pieza el complejo mecanismo de subsidios, negocios y favores del sistema Kirchner, trabajo artesanal que lo hace casi irremplazable en su manejo, De Vido enhebra más política que lo que se conoce. Cultiva la relación con Hugo Moyano y los caudillos sindicales. Atiende las cuitas de gobernadores y de intendentes, oficialistas o no, deseosos de desarrollar obras públicas. Habla con los empresarios. Y en un sistema cerrado e impermeable como el de los Kirchner, resultó muchas veces el único interlocutor con el mundo exterior. Aunque, ni antes ni ahora, participa en el núcleo duro donde se toman las decisiones políticas.De Vido parece haber acumulado suficiente autonomía como para que alguien poderoso lo considere un peligro potencial en este tiempo de paranoia fácil.. Quizás eso explique la furiosa operación de desgaste que, con lo justo, consiguió sortear ayer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario