19/10/10
Habían robado en una fábrica vecina. Al final, tres delincuentes fueron detenidos.
Villa Urquiza, asalto, casa de familia Tres delincuentes armados asaltaron ayer una fábrica textil en el barrio porteño de Villa Urquiza y, tras reducir a los empleados y robar dinero, huyeron por los techos, se tirotearon con la Policía y se escondieron en la casa de una familia, donde finalmente fueron detenidos.
Fuentes policiales citadas por la agencia Télam explicaron que los ladrones –que contaron con un cuarto cómplice que huyó– enviaron a la calle al dueño de casa con parte del botín, para simular que era parte de la banda, despistar a los policías y ganar más tiempo para la fuga.
Todo comenzó a las 9, en una fábrica textil ubicada en Tamborini 5027, donde uno de los ladrones llegó en moto y entró haciéndose pasar por un mensajero que llevaba una encomienda.
“Tenían preparada hasta una caja de un correo privado para usar como carnada”, explicó el comisario Guillermo Colussi, de la seccional 49a.
Dentro de la fábrica, el falso cartero empuñó una pistola, redujo a los empleados y les franqueó el acceso a por lo menos dos cómplices, también armados.
Según las fuentes, los tres delincuentes alcanzaron a robar 500 pesos y las pertenencias de las víctimas. Colussi contó que los ladrones “fueron violentos con un solo empleado al que golpearon, pero afortunadamente no resultó herido de gravedad. Lo hicieron para intimidar al resto”.
Mientras tanto, un vecino advirtió el robo y llamó al 911. Cuando llegó la Policía, los asaltantes huyeron por los techos de la fábrica y se metieron en la casa de Manuela Pedraza 5142. Allí había cinco integrantes de una familia –el matrimonio dueño de casa, su yerno, una de las hijas y una beba– y dos pintores.
“Al dar la voz de alto, el policía que vio dónde estaban recibió como respuesta cuatro balazos que afortunadamente dieron en una pared”, señaló Colussi.
Eduardo Andujar, una de las víctimas que estaba dentro de la casa, relató que “todo fue muy rápido. Cuando los delincuentes entraron, mi suegra se dio cuenta y encerró en una de las habitaciones de arriba a mi cuñada y a mi hija, que es una beba. Yo alcancé a escaparme para pedir ayuda y a mi suegro le pusieron plata en el bolsillo y lo tiraron a la calle para que la policía pensara que era uno de los chorros”. Pero el truco fue descubierto enseguida y los asaltantes terminaron detenidos.
martes, 19 de octubre de 2010
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