08/10/10La Plaza de Mayo se llenó de lágrimas por las víctimas. La marcha fue liderada por los padres de Diego Rodríguez, el modelo asesinado el lunes en un intento de robo en Liniers. Hubo críticas al Gobierno y un reclamo de medidas urgentes para frenar el delito.
Más de 7 mil personas, entre familiares, amigos de víctimas y autoconvocados, se reunieron en la tarde-noche de ayer en torno a la pirámide de la Plaza de Mayo para reclamar contra la inseguridad . Los nombres propios impresos sobre las pancartas que llevaban, como los de Oscar, Gustavo o Hernán, resumían al mínimo decenas de historias de vidas que acabaron con muertes violentas . A cada nombre lo acompañaba un reclamo particular: que la muerte del ser querido no sea tragada por la avalancha de casos, que los dirigentes hagan cumplir las leyes vigentes, que se aplique la mano dura o, directamente, la ley del Talión.
A las 18.20 aún se podía atravesar a buen paso la Plaza de Mayo. Faltaba poco menos de una hora para que arrancara la marcha –convocada por un grupo de madres allegadas al adolescente Matías Berardi y encabezada por los padres y familiares del modelo Diego Rodríguez– y entre los presentes había cierta incertidumbre sobre cuántos iban a acompañar la manifestación . Se comentaba con un poco de pena la coincidencia de la convoctaroia con un día lluvioso, la falta de difusión y, aún con más amargura, la ausencia de solidaridad que suele haber con el dolor ajeno.
Finalmente la convocatoria sumó mucha gente incluso antes de las 19, la hora marcada por los organizadores. Hubo cientos de personas que no sufrieron casos cercanos, pero que igual quisieron estar . Y aparecieron decenas de amigos y familiares de víctimas, que no pudieron esconder sus lágrimas . Por ejemplo, los del policía Sergio Rodríguez (asesinado en marzo de 2010), el estudiante Nicolás Arroyo (lo mataron el 3 de septiembre de este año en Castelar) o de Federico Peraud, baleado frente a su mujer y a sus hijos luego de que lo hicieran descender de su auto en la ruta 9.
Así, cuando las campanas de la Catedral dieron las siete de la tarde, casi la mitad de la Plaza de Mayo estaba llena . Treinta minutos después, todos los presentes cantaron el Himno Nacional.
Los padres de Matías Berardi no estuvieron en la plaza. Pero sí se acercaron su tía y algunos allegados al chico, sobre todo adolescentes que tenían amigos en común con él. Todos se acercaron a la Capital para estar en la marcha.
Mientras caía la noche, las luces de las cámaras rodearon particularmente a los padres y las hermanas de Diego Rodríguez, el modelo asesinado el lunes por la noche en Liniers. Acompañados por pancartas con fotos de la víctima en distintas campañas publicitarias de marcas de ropa (incluso de ropa interior), la familia recibió emocionada los abrazos de parientes de otros jóvenes asesinados en los últimos años.
“Yo lo que ahora quiero es que no haya más gente que se sienta tan mal como nosotros. La verdad es que lo que más nos gustaría es no tener que venir acá a pedir justicia, nos gustaría poder venir a la plaza a pasear”, comentó el padre, Julio Rodríguez.
La marcha había comenzado prácticamente sin palabras. Algunos redoblantes y muchas palmas marcaban el ritmo, mientras los familiares de víctimas levantaban las fotos de hijos, padres o hermanos muertos . Poco a poco, los cantos empezaron de forma sencilla, con el compás marcado por palabras como “justicia” o “seguridad”. Luego llegaron otros más elaborados como el de “atención, atención, a todos los corruptos que le dicen sensación ”, acompañados más tarde por algunos insultos al Gobierno y hasta por un pedido para que cambien la pintura rosa de la Casa de Gobierno por un color “rojo, a tono con la sangre”.
A un costado de la plaza, solo y con las manos en los bolsillos, un joven de 18 años seguía la marcha en calma. “No soy familiar –contó Marcos, estudiante de Profesorado de Historia–, pero vine porque los casos de los últimos días me tocaron . Creo que lo importante es que los de arriba escuchen”, explicó.
En la plaza también estuvieron organizaciones como las Madres del Dolor. Con ellas, el reclamo por seguridad continuó hasta pasadas las 21.
viernes, 8 de octubre de 2010
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