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El segundo de los documentos es también una presentación ante escribano público hecha por María Sol Graiver.
María Sol Graiver es hija de David Graiver y tenía menos de dos años en el momento de la muerte de su padre y de la venta de Papel Prensa. Parte de las acciones minoritarias de la empresa figuraron a su nombre en el expediente sucesorio que llevó adelante la Justicia y, como revela su tío, esas acciones jamás estuvieron en manos de los compradores de la empresa.
En su testimonio, María Sol Graiver afirma que no tuvo participación alguna en la negociación y venta de Papel Prensa S.A. (entre octubre y noviembre de 1976) “dado a que esa época era menor de edad”: la hija de David Graiver nació el 19 de noviembre de 1974. También afirma:
- “Tanto en mi carácter personal como en mi carácter de heredera de mi padre, David Graiver, expreso que no tengo ni tuve acción o derecho alguno, sea patrimonial o moral contra Fapel S.A., sus accionistas, continuadores, directivos, funcionarios, apoderados ni contra “Arte Gráfico Editorial Argentino S.A.”, ni contra “La Nación S.A.”, ni contra “La Razón S.A.” por la negociación, cesión y venta de las acciones de Papel Prensa S.A. a Fapel S.A.”
- “En ese sentido dejo constancia que no tengo ni tuve nada que reclamar contra “Fapel S.A.”, ni contra “Arte gráfico Editorial Argentino S.A.”, ni contra “La Nación S.A.”, ni contra “La Razón S.A.” por la negociación, cesión y venta de las acciones de Papel Prensa S.A. a Fapel S.A.”
María Sol Graiver dio a conocer en ese documento público una carta que su tío, Isidoro Graiver, le hizo llegar en julio pasado, en la que le relata parte de la historia del Grupo Graiver y parte de la historia de Papel Prensa, mientras revela los verdaderos motivos que llevaron al grupo familiar a vender casi todos sus activos y de dónde y de quiénes provenían las amenazas al clan familiar y al grupo empresario.
Los hechos que relata Isidoro Graiver son completamente diferentes a las aterradoras fantasías echadas a rodar por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para apoderarse de Papel Prensa y para disfrazar su legítima venta con el ropaje de un delito de lesa humanidad y aún cuando esas infamias echen barro sobre una cuestión tan sensible como los derechos humanos.
El relato de Isidoro Graiver ratifica una verdad ya sabida: David Graiver manejaba fondos de Montoneros, diecisiete millones de dólares que eran parte del rescate pagado por el secuestro en septiembre de 1974, de los hermanos Juan y Jorge Born. Al mismo tiempo que manejaba fondos de la guerrilla, Graiver, de fluidos contactos con los jefes militares que darían el golpe en marzo de 1976, contactos a los que no era ajena Lidia Papaleo, financiaba también el diario “La Opinión”, dirigido por Jacobo Timerman, que impulsaba el alzamiento militar. Hacía lo propio con otro diario apologista de la dictadura por venir: el vespertino “La Tarde”, dirigido por el hoy canciller Héctor Timerman, vicepresidente por entonces de la Editorial Olta, editora de “La Opinión” y “La Tarde”.
En su carta a María Sol Graiver, que encabeza: “Buenos Aires, 23 de julio de 2010. Querida María Sol”, Isidoro Graiver revela:
- “Luego de la muerte de mi hermano, David Graiver, ocurrida en un accidente aéreo en México en el mes de Agosto de 1976, con un avión que había alquilado, empiezan una serie de complicaciones que ponen a la familia en una situación de mucha tristeza, congoja y tensión. Por una parte me entero de presiones telefónicas en México a la familia por parte de grupos autodenominados como montoneros que reclamaban dinero por unos U$S 17.000.000”.
- (…) Al mismo tiempo aparecen dificultades financieras que hacen caer al Banco Pour la Amerique du Sud (Bélgica) y el American Bank and Trust Bank (EEUU) ambos propiedad de la familia, con lo cual las presiones de los acreedores fueron constantes y crecientes.” El total de la deuda del Grupo Graiver sumaba aproximadamente U$S 67.000.000 (sesenta y siete millones de dólares). Yo llevaba personalmente la lista de acreedores. Luego de narrar la decisión de la familia Graiver de regresar al país en septiembre de 1976 “para hacer frente a todas las dificultades”, Isidoro Graiver revela: “Se intenta negociar la venta de varias empresas del Grupo, así como la tenencia mayoritaria del diario La Opinión, el Banco de Hurlingham, el Banco Comercial del Plata y Papel Prensa entre otros activos”.
Más adelante Graiver le detalla a su sobrina el riesgo que el Grupo Graiver corría en Papel Prensa bajo el nuevo régimen militar. David Graiver no había hecho formalizar el traspaso de un paquete accionario de Papel Prensa a una de las empresas, Galerías Da Vinci, que había fundado para tomar el control de la compañía. Isidoro Graiver califica esa situación como de “precariedad formal” y da cuenta de los intentos de los ex socios de David Graiver, ya muerto, por apoderarse de Papel Prensa.
Esa “precariedad formal” ponía en peligro la participación del Grupo Graiver en Papel Prensa, participación que llevaba tres años pero que ahora estaba en peligro porque no había sido aprobada por una asamblea. Los Graiver, revela Isidoro, daban por descontado que el nuevo gobierno militar “no aceptaría la incorporación de un grupo como el nuestro que estaba prácticamente quebrado”.
Luego revela a María Sol Graiver el inicio de las negociaciones con los diarios Clarín, La Nación y La Razón y su perplejidad ante las falsedades declaradas por Lidia Papaleo. Sostiene Isidoro Graiver:
- “En ese contexto de extrema dificultad toma contacto conmigo el Sr. Guillermo Gainza Paz quien se presenta como representante de los diarios La Nación, Clarín y La Razón para la compra de las acciones de Papel Prensa. Junto con Anchorena, abogado de nuestra confianza, que además llevaba la sucesión de David, negociamos con los señores Campos Carlés, Bernardo Sofovich y Patricio Peralta Ramos, representantes por los diarios La Nación, Clarín y La Razón.”
- “Me han causado sorpresa los dichos que se han hecho públicos de tu madre y Osvaldo Papaleo, ya que no se ajustan a la realidad las afirmaciones que hacen, y tergiversan las fechas y los acontecimientos sucedidos. Las negociaciones las llevé adelante yo personalmente con el asesoramiento de nuestro Staff Jurídico- Contable. La venta la cerramos el 2 de noviembre de 1976”.
miércoles, 25 de agosto de 2010
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