martes, 28 de septiembre de 2010

Las imprevistas derivaciones de una frase sobre la inseguridad

28/09/10

Las “manos atadas” del gobernador Scioli desnudaron el fracaso de las políticas para prevenir el delito.


PorRodolfo Lara
La Plata. Corresponsal

Scioli, Casal Cuando Daniel Scioli apeló al recurso semántico de las manos atadas, lejos estaba de pensar que esa confidencia condicionaría su gestión y que, después, pondría al descubierto el fracaso del Gobierno Nacional en las políticas para prevenir y reprimir el delito.

Fue el 29 de julio, el día que una banda atacó a Carolina Píparo en una salidera bancaria. La confesión en un pasillo frío del Hospital de Gonnet dispararía el reto salvaje, desde una tribuna política, de Néstor Kirchner sobre su presunta atadura. ¿Quién?, inquirió el ex presidente. Y el silencio de Scioli tuvo más estridencia que alguna palabra de ocasión.

Ambos quedaron encerrados en el laberinto.

La inseguridad los acelera en un mutuo recelo político . Y sus funcionarios bailan ese minué entre estadísticas. Primero fue el ministro de Justicia, Julio Alak, quien asoció la preocupación ciudadana con una “sensación” , porque sus estadísticas revelaban que el delito había disminuido 37%. Por sugerencia del propio Gobierno Nacional, 72 horas después el ministerio tuvo que admitir que había un incremento delictual del 7% en todo el país.

La suba, ciertamente contrastó con el aumento del 25% registrado en la provincia de Buenos Aires . ¿El Ejecutivo Nacional intentó exponer a este distrito como el gestor de la trepada? Unas horas antes, el jefe de la Policía Bonaerense, Juan Carlos Paggi, exponía su teoría de “menos delitos” aunque “más violentos” .

Scioli no tuvo tiempo de relajarse por los dichos del funcionario. El informe oficial del viernes revelaría un incremento en la Provincia del 29% en delitos contra la propiedad (robos y hurtos).

El gobernador suele afirmar que está “al frente del combate contra la delincuencia”. No podría resultar de otra manera, toda vez que se propuso y fue electo para esa tarea . En la Provincia de cometen 302.550 delitos por año. Es el triple que en 1991. Es una geografía que mortifica a cualquier gobernante. No obstante, también es el país de Kirchner y de la responsabilidad institucional de Cristina Fernández.

En medio, las culpas que intentan atenuarse con números: según el ministro de Seguridad y Justicia Bonaerense, Ricardo Casal, los robos, homicidios y demás tipificaciones penales crecieron en la Provincia pero sólo 15,9%. Alguien lo mandó a decir que es, pero no tanto. Son metamensajes entre el poder. Mezquindades al fin.

Pequeño ejemplo: en La Matanza habitan casi dos millones de personas y es donde más homicidios hubo (128 casos en el año). Varios proyectos legislativos prevén la división del distrito en tres para una mejor administración y control de, entre otros items, la seguridad. Nunca tuvo trámite parlamentario. En el mismo período se aprobó la separación de Lezama de Chascomús, un poblado de apenas seis mil habitantes en plena campiña.

Ayer, Casal volvió a desconfiar de la estadística de su colega Alak: “Seguro que la han tomado de las comunicaciones policiales y no con el método científico que tiene la Procuración (Bonaerense)”. Dijo más: “ El dato es viejo pero a la gente le impacta como si fuera actual ”. Cierto, la estadística es de 2008. Atrasa como esta discusión por la inseguridad.




Cronología de la polémica


Hace exactamente una semana el ministro de Justicia de la Nación, Julio Alak, dijo que en 2003 se había “cortado” el crecimiento del delito. “Disminuyó 37%”, afirmó.

El viernes, por primer vez el Gobierno –a través del mismo Ministerio– admite un aumento del delito del 7% en todo el país y del 25% en la Provincia.

De su estadística surge que los robos en la Provincia habían experimentado un incremento del 29% en un año, tomando como último registro 2008.

El domingo, el Gobierno Bonaerense admitió la trepada en los delitos, pero dijo que había sido de un 15,6% y no del 25%.

Ayer, el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, aseguró que comparando el primer semestre de este año con el de 2009, hay una disminución del 3% en general y del 6% “en el núcleo duro de la inseguridad”.

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